La educación musical siempre ha sido un tema de especial relevancia en Quodlibet. Buena prueba de ello tenemos ya en el primer número de la revista (1995) donde nuestro querido compañero Pedro Sarmiento (D.E.P.) publicó un artículo titulado «Música e Inteligencia» en el que se dicen cosas como esta: «Todos los estudiantes pueden acceder a los estudios musicales, no solo los mejor dotados. La música como disciplina no solo debe contemplarse como forma de alcanzar los más altos niveles artísticos, sino también como forma de expresión que toda persona tiene derecho a conocer, en la medida de sus posibilidades».

 

El texto de Pedro Sarmiento (el segundo artículo del n.º1 de la revista) https://ebuah.uah.es/dspace/handle/10017/22101 nos da una idea muy clara de que la educación musical y la pedagogía formaban parte fundamental de los planteamientos vitales de Quodlibet desde su fundación. Después, y a lo largo de los años, Quodlibet siguió publicando artículos relacionados con la educación musical a través de diversos monográficos: Escuelas de Música (N.º6, 1996), Conciertos Pedagógicos (n.º8, 1997), Habilidades Musicales (n.º10, 1998), Psicología de la Música (n.º23, 2002) y Enseñanza del Lenguaje Musical (nº35, 2006) entre otros. Siguiendo la trayectoria histórica de la revista, parecía pertinente en este momento ofrecer un estado de la cuestión sobre la educación musical en las etapas de Primaria, Secundaria y Grado Universitario: el presente volumen pretende llenar este vacío. Cedemos la palabra a Dña. Ana Vernia, coordinadora del número 77 de Quodlibet. (Pablo Gastaminza)

 

La educación e investigación musical sufre y se tambalea entre innovación, progreso y adaptación a las nuevas demandas y necesidades, por eso en este monográfico de Quodlibet se abordan temáticas que van desde las programaciones por competencias hasta la docencia en las aulas, pasando por la expresión musical, el patrimonio musical, la igualdad de género o la importancia de la educación musical en el panorama español. Sin duda temáticas que se conectan con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4, dedicado a la educación, donde se sitúa la importancia del arte y la cultura.

 

Si la educación y la formación no pasan por un buen momento no es debido a la investigación musical, puesto que puede decirse que vivimos en un continuo movimiento de investigación y curiosidad musical que enfrenta lo academicista con la música populista. Lo académico, cada vez más, se nutre de nuevas investigaciones, nuevo conocimiento, así como de nuevas líneas de empleabilidad dirigidas a mejorar el panorama musical; revistas como Quodlibet así lo demuestran. En cambio, y fuera de lo académico, pero sin alejarnos mucho de la educación formal, surgen «pseudoestilos» casi diariamente, podríamos decir, que se mueven entre el «TikTok» y otros instrumentos poco musicales y sin rigor. ¿Qué pasaría si esto sucediera en otro ámbito de calidad científica?